Las faraónicas locuras de Dubai
Que le apetece atisbar el edificio más alto del mundo, venga a Dubai. Que quiere viajar en primera clase en el metro. Venga a Dubai. Que lo suyo es la nieve en pleno desierto. Más de lo mismo. Y es que este emirato árabe (uno de los siete que forman la federación) sólo piensa a lo grande.
1. Burj Khalifa, el más alto del mundo
Quizá mirando la foto de arriba, la del caballo de Botero asomando a la derecha, no parezca tan descomunal. Pero lo es. Por algo, el Burj Khalifa ostenta el cargo de ser el edificio más alto del mundo, con sus 828 metros a cuestas. Eso sí, su nombre inicial no era ése sino Burj Dubai, pero la crisis financiera que atacó al emirato en 2008, en plena construcción del edificio, hizo que lo llamaran como a su salvador. Es decir, como el emir de Abu Dhabi, que acabó de pagar los costes. Inspirado en una flor del desierto en su base, su interior acoge exclusivas tiendas, oficinas megalujosas, apartamentos privados… Hasta un hotel firmado por Armani.
2. Las islas de Beckham y Madonna
David Beckham y señora, Brad Pitt e ídem, Madonna, Michael Schumacher, Naomi Campbell… Son algunas de las celebrities que se han adjudicado casa en las islas artificiales montadas en Dubai. Tres tienen forma de palmera (Deira, Jumeirah Y Jebel Ali). En la más grande, con 8,5 kilómetros de ancho, hay espacio para 8.000 residencias, centros comerciales, playas privadas, hoteles de lujo… Y luego está el archipiélago que copia El Mundo. Ya puede reservar Túnez, Chile o el país que se le antoje.
3. Paradas de bus de diseño
Que en el desierto hace calor lo sabe todo el mundo. Y por mucho que la megalópolis de Dubai no lo parezca, estamos en pleno secarral. De ahí que las flamantes paradas de autobús (y eso que tampoco es que se usen demasiado a tenor de los Porches y Ferraris que se ven) vayan con aire acondicionado incorporado. Con aire e instrucciones precisas: nada de botellón o picnic dentro, prohibido dormir en sus confortables bancos de diseño, multa de 500 dirhams a quien se le pille con un billete falso…
4. Primera clase… en el metro
Y si los buses de Dubai son modernos, qué decir del metro, el primero del mundo que funcionó sin conductor. Los minimalistas vagones en plan cápsula circulan tanto por vías subterráneas como por futuristas puentes suspendidos. Atención si pretende usarlo el viernes. Es el día sagrado de los musulmanes y no arranca hasta la 1. Ah, también hay vagones en primera clase y otros reservados a mujeres y niños.
5. Récord Guinness de oro
El recorrido continúa en el zoco, en la parte antigua del otro lado del Creek (o cala), rebosante de callejuelas enrevesadas, cafés a pie de calle, varones fumando su narguile y legendarios comercios en los que igual venden saris que azafrán o pulseras de cuero. Allí también está el zoco de oro. Y otro Guinness de la ciudad: el del mayor anillo de oro del mundo, de casi 64 kilos (5,17 de piedras preciosas) y 21 quilates. Tiene nombre propio: Estrella buena y está expuesto en la joyería Kanz, a la entrada del zoco.
6. Burj Al Arab, la imagen de Dubai
Es la imagen más exportada del país. Ya sea de día, iluminado, de fondo… Hablamos del Burj Al Arab, el único hotel con siete estrellas del planeta. Es una cifra simbólica, ya que no existen alojamientos con esa categoría, pero no se les ocurrió otra para definir tanta suntuosidad. Con una flota de Rolls-Royce para uso y difrute de los huéspedes a la puerta, se alza sobre una isla artificial a la que sólo se accede con reserva en el hotel o en sus restaurantes. Más datos: 1.500 empleados para 202 suites (la más pequeña, de 169 m2), helipuerto, ascensor panorámico…
7. Esquiar en el desierto
Otra excentricidad made in Dubai: esquiar en el desierto. Y no en una estación cualquiera, sino en la de nieve artificial más grande del universo: la Ski Dubai. Un gustazo para los adictos al forfait, con hasta pista negra entre sus filas. También tiene zona infantil, de saltos y de snowboard. Para más señas, se encuentra dentro de un centro comercial, el Mall of the Emirates.
8. De ‘shopping’ astronómico
No hay marca imaginable en el mundo occidental, ya sea low cost o tipo Chanel que no tenga hueco en The Dubai Mall, el centro comercial más grande del mundo, con 40.000 m2. Pero no sólo de 1.200 tiendas (incluida una del Barça) y 160 restaurantes vive el megaedificio. También hay espacio para un acuario con 33.000 criaturas (entre ellas, decenas de tiburones), un parque de atracciones cubierto y una pista de hielo de tamaño olímpico. El metro de Burj Khalifa Station está en la puerta.
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